Estamos tan acostumbrados a tenerla ahí, pasar por delante de ella constantemente, que hemos dejado de darle el valor que se merece, la vemos como algo que forma parte de nuestro entorno, como lo puede ser cualquier mobiliario urbano por ejemplo, es tal nuestro despotismo hacia ella que la utilizamos a nuestro antojo, como si de un objeto sin vida se tratase.
¿Qué es la naturaleza?
Colocamos plantas en nuestras casas a modo de decoración, cuando se marchitan, las tiramos y compramos otras, si tenemos un árbol en la finca de nuestra casa que nos da una sombra que no nos interesa lo talamos sin ningún remordimiento de conciencia, y así un sin fin de ejemplos que demuestran nuestro mal comportamiento hacia nuestro entorno natural.
Nos hemos olvidado por completo del beneficio que para nuestras vidas la naturaleza nos aporta alargando incluso ésta. La intervención del ser humano en la naturaleza ha ido afectando gradualmente a la vida natural en el planeta tierra.
La forma es la apariencia externa de las cosas. A través de ella, podemos obtener información sobre todo lo que nos rodea. Nuestro entorno cotidiano está constituido por una multitud de elementos, tanto entornos naturales como artificiales, que tienen distintos aspectos físicos, es decir, diferentes formas.
La forma es la identidad de cada cosa, es una combinación de puntos, de líneas, de planos, de colores, de texturas que originan el aspecto de algo determinado y que lo distinguen de otro objeto o cosa. Ésta en la naturaleza se clasifica atendiendo a los binomios forma-función, forma-métrica y forma complejidad. Una de las formas que nos encontramos en la naturaleza es la fractal, ésta es autosimilar, es decir, su estructura se repite en escalas progresivamente pequeñas.
La propuesta pretende llevar a cabo la creación de un espacio donde los aspectos fundamentales sean la presencia de la naturaleza, tanto física como la abstracción de ésta; la luz natural y artificial, consiguiendo así una armonía entre la luz, la forma y la textura. En este caso el paisaje lo es todo. Se plantea la construcción de una imponente malla espacial haciendo alusión a la forma del árbol de una manera simplificada, este árbol, se ramifica por todo el espacio creando ecosistemas independientes para cumplir diferentes funciones y actividades. La malla espacial se entiende, por tanto, como un crecimiento orgánico con brotes sucesivos.
Esta estructura tiene el poder de la ramificación y dilatación, presentes en la naturaleza, es un elemento que crece y se adapta a las necesidades de los usuarios y del espacio en sí. Gracias a este ente se generan multiespacios, haciendo que el entorno se adapte a las necesidades de las funciones a realizar en él y no lo contrario. Se consigue también una interacción a través de las sombras, con diferentes formas y colores, ya que se crean diferentes piezas que se acoplan en ella obteniendo así variadas secuencias sensoriales.
El juego será el motor principal para desarrollar esta multifuncionalidad. Éste se consigue gracias al fácil manejo de la estructura planteada. Los usuarios tendrán la capacidad de modi car el espacio creando ellos mismos diferentes funcionalidades.
Debemos recordar que trabajamos para generar un entorno adecuado para poder ser disfrutado. El local se resuelve con un programa funcional muy sencillo con una solución sincera mediante una diáfana zona central volcada a la malla espacial, con unos espacios intermedios que resuelven las zonas húmedas y de servicio para los distintos talleres, orientados generosamente hacia el espacio central.
En definitiva, la propuesta busca una neutralidad con el entorno, siendo la malla esa figura que siempre será el paisaje de Nature, acompañando ese deseo de buscar calma y abstracción.
« Deja que la naturaleza sea tu maestra »
William Wordsworth
EAI, Daniel Rodríguez Estévez.